sábado, 12 de enero de 2013




METAFORIZANDO EL ESPACIO
Pinturas de Jairo Robinson

“Cuando estoy ante mi pintura y mi paleta, hay un esfuerzo constante; un poco más de blanco, un poco más de verde, es demasiado frío, demasiado cálido, líneas que ascienden, que descienden, que se encuentran, que se separan. ¡Esto significa tanto en pintura y tan poco en palabras!”

María Elena Vieira Da Silva


El arte abstracto ha generado desde su aparición un sinfín de interpretaciones y críticas, con propuestas como las de Kandinsky, Kupka, Delaunay o Malevich en la primera década del siglo XX, ha surgido el interés por crear formas que nos acerquen a lo esencial, lo puro, lo no contaminado; por supuesto en la época estas aspiraciones encontraron una fuerte crítica, sobre todo en aquellos que catalogaron la producción de los artistas abstractos como un arte confuso, capitalista y elitista. Hoy en día resulta afortunado notar que lo abstracto se ha acercado considerablemente al imaginario colectivo.

La obra actual de Jairo Robinson, abstracta en esencia, forma parte de todo un proceso de investigación y acercamiento a diversos maestros, desde los ya mencionados hasta nombres como María Elena Vieira Da Silva (Portugal), Beatriz Milhazes (Brasil), Omar Rayo (Colombia) o el norteamericano Richard Diebenkorn, han atraído la atención de este joven artista, quien estudia con admiración la obra de estos creadores. A sus treinta años, Robinson ha comprendido que lo abstracto resulta más que una búsqueda de lo esencial; para él, es un vuelco a una realidad interna en donde ve conjugados aspectos personales y ajenos, cada una de sus obras refleja aquello que lo inquieta, lo conmueve o lo sobresalta.

Para reseñar la obra actual de Robinson es necesario remitirse primero a su época de formación, en la cual lo figurativo inundaba sus tempranas telas y en las que aparecían, todavía tímidamente, aquellas primeras formas geométricas; el interés por el color, su simbología y materialidad es claramente notable en su obra inicial. Superada la etapa formativa, notamos un interés profundo  por la metaforización del espacio y las formas, el cual lo lleva al protagonismo geométrico, series como Bosques o Miembro es un objeto son un repliegue a una estilística que empezará a explorar, manteniendo aún el lazo con lo figurativo, pero con menor protagonismo. Permanecen las curvas, las formas aún reconocibles (los cuerpos), pero va anticipándose ese interés por sustituir lo identificable por planos y color.

A partir del año 2009, se define mejor la directriz de su obra, elaboradas Construcciones van generando secuencias en las que, en palabras del artista, se manifiesta una Irrupción al lienzo: El plano es violentado desde el inicio por la invasión progresiva de una sombra negra, una oscuridad que a medida que avanza se torna opresiva, haciendo visible una realidad no sospechada” (Robinson, 2011)

En la presente muestra, la tela en blanco resulta propicia para la oleada catártica, intimista y sanadora, el silencio se interrumpe y se da paso al caos, al desorden y a la obsesiva yuxtaposición de líneas y planos, todos estos aspectos ponen de manifiesto esa referencia que hace de la ciudad, colocándola como un todo complejo, abigarrado y de alteración constante. El espectador fácilmente puede contemplar a través de estas ventanas y sumergirse desde vistas aéreas hacia espacios simplificados en sobrios coloridos y geometrías. Pero y si tratamos de entender estas ciudades, no literalmente, sino como espacios que se ubican dentro de cada sujeto, podríamos también visualizar cada ciudad/individuo, con sus propios parámetros, limitaciones, laberintos y complejidades. Además de los lienzos de mediano formato, las obras sobre papel resultan peculiarmente interesantes, el formato pequeño ha sosegado al artista, equilibrándose ese ímpetu por llenarlo todo. Su obra no desdeña lo decorativo, por el contrario lo acopla armónicamente sin que esto se sienta forzado o prevalente.

Jairo Robinson es uno de los pocos representantes abstractos de su generación que nos muestra un proceso de exploración constante, es consciente del camino que aún le toca descubrir y se enfrenta a esto con una humildad plausible.

 
Silvana Vargas Machuca Barrantes
Diciembre, 2012

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